Por Anna Sara Liberati
Todos conocemos la importancia de cuidar nuestro bienestar mediante una nutrición e hidratación adecuadas, durmiendo lo suficiente y practicando actividad física con regularidad. Pocos, sin embargo, saben que estos hábitos saludables pueden ayudar no sólo al cuerpo, sino también al cerebro a funcionar mejor.
Y puesto que estos días se celebran los Juegos Olímpicos -y por lo tanto el tema llega «en el momento oportuno»-, hoy quiero explicar cómo es esto realmente posible:
Ya a principios de la década de 2000, estudios realizados en cobayas de laboratorio (Tong et al, 2001) demostraron cómo ratones estimulados para realizar una actividad física moderada todos los días mostraban un aumento del número de sus sinapsis neuronales, un incremento de la oxigenación del tejido cerebral, junto con una mejora progresiva de las capacidades cognitivas.
Posteriormente, investigaciones (por ejemplo, Cotman & Engessar-Cersar, 2002) realizadas en humanos observaron que la actividad física regular produce un aumento de la expresión de un gen regulador del factor neurotrófico BDNF, responsable del crecimiento del SNS, del buen funcionamiento de las neuronas y de su defensa frente a los daños de los radicales libres, así como en los procesos de aprendizaje y memoria. Esto demuestra cómo el ejercicio aeróbico induce una serie de beneficios debidos en particular a la producción de BDNF: aumento de la vascularización cerebral, neurogénesis, cambios en la arquitectura neuronal y protección frente al daño cerebral, especialmente en el hipocampo, la zona central de la memoria y el aprendizaje (Cotman & Berchtold, 2003).
Además, se ha observado (Sigfusdottir et al., 2006; Davis, 2011) que quienes comen más sano y practican deporte regularmente, o al menos una actividad física moderada, suelen tener un rendimiento cognitivo significativamente superior al de quienes, por el contrario, tienen un estilo de vida tendencialmente sedentario y desordenado.
¡Y no solo eso! En 2019, un estudio realizado en la Cognitive Neuroscience Society (CNS) de San Francisco demostró que los efectos beneficiosos del ejercicio sobre el cerebro son casi inmediatos, aunque obviamente de menor magnitud que con el ejercicio regular. Los participantes en el estudio se sometieron a escáneres cerebrales y pruebas de memoria y aprendizaje, realizadas tanto antes como después de sesiones sueltas de ejercicio de intensidad moderada, y tras un programa de entrenamiento de 12 semanas. Aquellos que experimentaron las mayores mejoras en la cognición y la conectividad funcional del cerebro después de sesiones únicas de actividad física también mostraron las mayores ganancias a largo plazo en la cognición y la conectividad al continuar haciendo ejercicio regularmente.
Bueno, ahora ya no tienes excusa para empezar a cuidarte a través de la actividad física… ¡tu cuerpo y tu cerebro te lo agradecerán!
Participar regularmente en estos ejercicios visuales y cognitivos desafiantes desarrolla la fortaleza mental, ayudando a los Atletas a mantener la calma y la concentración incluso bajo una intensa presión.
El método Vision Sticks ofrece un enfoque único y eficaz del entrenamiento cognitivo, que ayuda a los deportistas a perfeccionar su procesamiento visual, sus tiempos de reacción y su agudeza mental en general. Al incorporar estos ejercicios al entrenamiento habitual, los atletas pueden obtener una ventaja competitiva que va más allá de la destreza física, aprovechando todo el potencial de sus capacidades cognitivas. A medida que el deporte siga evolucionando, la integración de métodos de vanguardia como el método Vision Sticks será fundamental para alcanzar nuevos niveles de excelencia atlética.
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